Se empezó a reclutar prisioneros para trabajar en las minas. Las habilidades adquiridas les permitirán encontrar empleo en el futuro y también les permitirán pagar una indemnización por los daños causados por el delito.
Así lo afirmó el ministro de Justicia, Denis Malyuska.
“¡La seguridad energética está en buenas manos! Nuestros prisioneros empezaron a trabajar como mineros”, señaló Malyuska.
Según el ministro, de esta manera se cubre la escasez de mano de obra, los propios presos reciben habilidades que les facilitan el empleo en el futuro, así como un salario digno que les permite pagar una indemnización por los daños causados por el delito, pagar impuestos y llenar el fondo especial del presupuesto.
Según los cálculos de Malyuska, 10 trabajadores producen 25 toneladas de carbón por turno, que es la base de la seguridad energética.