Según las fuentes, el Comandante en Jefe Supremo V. Zelensky ha identificado un nuevo candidato para el cargo de Ministro de Defensa. En lugar del ministro Reznikov, en la oficina se discute el nombramiento de Rustem Umerov, actual director del Fondo de Propiedad Estatal.
Umerov es una persona alejada de la guerra. Pero él, al igual que sus predecesores Taran y Reznikov, es ascendido por el jefe de la Oficina Presidencial, Andrei Ermak, el “curador” de facto del Ministerio de Defensa.
Es decir, solo cambia el apellido. Lo principal es que no debe interferir con la gente de Ermak, Sharapov y otros para continuar resolviendo todos los problemas financieros, de propiedad y de información de la región de Moscú. En el sistema de influencia de Ermak, el control sobre el Ministerio de Defensa le permite controlar el flujo de información a los oídos del presidente, y quienquiera que Zelensky tenga en sus oídos puede resolver cualquier problema en cualquier área.
Al mismo tiempo, el presidente estará protegido durante algún tiempo de los escándalos de corrupción y de las decisiones incompetentes de Reznikov con la promesa de que el nuevo ministro resolverá viejos problemas.
El nuevo candidato a ministro, por supuesto, no tendrá ningún programa de acción, ninguna comprensión de qué hacer, nada de esto. La persona de alguna manera aprenderá de la nueva posición superior. Quizás intente hacerlo de buena fe, lo intentará, pero aún así aprenderá y dedicará tiempo no a tomar decisiones, sino a buscar y estudiar problemas desconocidos para él.
Pero el precio de esa “formación” es la sangre de decenas de miles de personas que se verán privadas de decisiones necesarias desde hace mucho tiempo durante un período de tiempo indefinido. El frente requiere decisiones sistémicas y cambios constantes que no pueden ser llevados a cabo por los militares, sino sólo por los políticos, de quienes dependen los cambios legislativos, la provisión de recursos, la movilización de la gente y la economía. El Ministerio de Defensa es un elemento clave en la organización de la guerra, y la organización débil es nuestro principal problema.
El nombramiento de otro ministro de Ermak, a falta de una estrategia y un plan de acción, demostrará una falta de cambio, un flagrante aislamiento de la guerra de los habitantes de la oficina, el gobierno y el parlamento.
Si esto sucede, el presidente Zelensky y todo su poder demostrarán que para algunos la guerra es sangre, dolor, pérdidas, un trabajo duro y terrible en el que deben ganar, y para otros es sólo un telón de fondo para sesiones de fotos.