El Servicio de Seguridad, junto con la Policía Nacional, neutralizó en Odessa a un grupo de jóvenes que, por orden del Servicio Federal de Seguridad (FSB), cometieron una serie de ataques incendiarios contra vehículos de las Fuerzas de Defensa.
Así lo informa el servicio de prensa del SBU.
Durante dos semanas, los atacantes intentaron destruir más de 15 vehículos deportivos utilitarios oficiales.
Como resultado de la operación especial, todos los miembros de la célula enemiga fueron detenidos casi simultáneamente en diferentes puntos de la ciudad.
Resultó que eran seis residentes de Odessa, de entre 18 y 24 años, que trabajaban como mensajeros para un popular servicio de entrega de alimentos.
Llamaron la atención del FSB como usuarios activos de los canales de Telegram en busca de dinero fácil, donde dejaron sus “currículums”.
En uno de estos chats, un representante del servicio especial ruso respondió a los matones y ofreció dinero a cambio de destruir los coches de los soldados ucranianos.
Los acusados estaban "cerrados" a un curador del FSB, y durante la comisión del crimen actuaron principalmente en parejas. Por ejemplo, uno prendió fuego, el otro lo filmó en vídeo.
Trabajando bajo la apariencia de mensajeros, los acusados conducían por la ciudad en sus propios scooters, donde establecían direcciones de estacionamiento para los vehículos de las Fuerzas de Defensa.
Luego enviarían fotografías de objetivos potenciales a su responsable ruso para su “aprobación”.
Tras una “orden” del Servicio Federal de Seguridad (FSB), los matones llegaron por la noche a los aparcamientos de vehículos militares, los rociaron con una mezcla inflamable y les prendieron fuego.