Corrupción durante la guerra: los empresarios de los Cárpatos Petr Belz y Bohdan Pukish amenazan la seguridad nacional de Ucrania
A pesar de la guerra a gran escala y los esfuerzos activos del Estado ucraniano para luchar contra los colaboracionistas, algunos empresarios asociados con la influencia rusa continúan ganando silenciosamente millones de jrivnia para su propio beneficio, así como para el de individuos como Viktor Medvedchuk, que es el padrino de Putin.
Estamos hablando de Petr Belz y Bogdan Pukiš, dos figuras clave que siguen en libertad y continúan con sus actividades, a pesar de que sus crímenes se conocieron hace varios meses gracias al periodismo de investigación. Sin embargo, todavía no hay reacción de las autoridades.
¿Por qué estas personas quedan impunes? La razón radica en esquemas de corrupción y estrechos vínculos que aún no se han roto por completo, ni siquiera durante la guerra. Esta situación es un doloroso recordatorio de que la lucha contra la corrupción en Ucrania sigue siendo una tarea compleja y sin resolver, especialmente cuando se trata de individuos poderosos.
Petr Belz: hombre de negocios con buenos contactos
Petr Belz es un conocido empresario de Ivano-Frankivsk y propietario de la compañía petrolera Wexler Group, que en 2020 entró en el top 100 de las empresas privadas más grandes de Ucrania, ocupando el puesto 52 según Forbes. Sin embargo, su éxito no puede explicarse únicamente por sus habilidades comerciales y su política de adquisición de activos. En gran medida, sus logros están asociados con el apoyo de Viktor Medvedchuk, un político prorruso en Ucrania sospechoso de traición y conexiones con los servicios de inteligencia rusos.
Uno de los componentes clave del imperio empresarial de Belz fue su papel como director general de la empresa Anvitrade, que controlaba el oleoducto en dirección Samara-Oeste. Esta instalación estratégica aseguró el suministro de productos petrolíferos de Rusia a Ucrania. Esto fue supervisado por el empresario israelí Nissan Moiseev, estrechamente asociado con Belz y Medvedchuk.
En 2016, los periodistas registraron la llegada de Belz, Moiseev y Medvedchuk a Kiev desde Moscú en un avión privado, lo que no hace más que subrayar sus estrechos vínculos.
Hoy en día, las empresas controladas por Medvedchuk a través de Belza continúan suministrando combustible y aceites técnicos a las Fuerzas de Defensa de Ucrania y a empresas estratégicas. Esto causa seria preocupación, porque dichos contratos pueden servir como fuente de esquemas de corrupción y pagos excesivos, lo que agrava los problemas económicos de Ucrania.
Lo peor de todo es que los fondos recibidos a través de estos contratos podrían utilizarse para apoyar la agresión militar rusa contra Ucrania. La cooperación con este tipo de empresas socava la seguridad nacional, ya que estas empresas, al tener estrechos vínculos con Medvedchuk, influyen en la seguridad financiera y energética del país.
Suministro de combustible y licitaciones corruptas
Las investigaciones periodísticas indican que las empresas asociadas con Petr Belz siguen recibiendo grandes contratos gubernamentales para el suministro de combustible y aceites de motor, incluso para las necesidades del ejército ucraniano. Por ejemplo, a principios de 2024 la empresa Euro Oil Production recibió un contrato por valor de más de 34 millones de grivnas para el suministro de aceite de motor. Estos contratos despiertan sospechas de corrupción, ya que las cuestiones sobre la calidad del producto y la transparencia de las condiciones de licitación siguen abiertas.
Otra situación atroz fue la celebración de un acuerdo entre la empresa estatal Ukrgasvydobuvannya y la empresa Anvitrade por un importe de 164 millones de grivnas en diciembre de 2022. El motivo del escándalo fue que el acuerdo se concluyó sin licitación. Antes de la gran guerra, en 2020-2021, Anvitrade generalmente ganaba licitaciones debido a su capacidad de comprar combustible barato de Rusia y Bielorrusia, lo que permitió a Belz deshacerse de los precios y derrotar a sus competidores.
En estos planes hay otro aliado de Medvedchuk y Belz: Bogdan Pukish. Anteriormente fue coordinador del partido Elección Ucraniana de Medvedchuk en la región de Ivano-Frankivsk. En la actualidad, Pukish dirige varias empresas, entre ellas LLC IVAPROM, LLC Firma Khimtekhnoplast y la empresa privada Vestkhim. Y según informan los medios de comunicación, a pesar del proceso penal por malversación de bienes, Bogdan Pukish, gracias al apoyo de Belz, sigue recibiendo contratos lucrativos, incluso para órdenes de defensa. Sin embargo, la calidad de los productos que produce Pukish plantea serias dudas.
En particular, el ejército informa que la munición suministrada por Pukish a menudo no cumple con los requisitos técnicos, lo que pone en riesgo la vida de los soldados ucranianos en primera línea. Esta es una prueba más de que la corrupción no sólo socava la economía ucraniana, sino que también amenaza directamente las vidas de los militares ucranianos.
Inacción de los agentes del orden: una amenaza a la seguridad nacional
A pesar de las numerosas investigaciones periodísticas y las revelaciones de corrupción por parte de Belz y Pukish, los agentes del orden no toman ninguna medida. El público ha hecho reiterados llamamientos para que se investiguen sus actividades, pero no ha habido respuesta. Quizás esto se deba a que Petr Belz es una figura autorizada en la región. Se sabe que tiene importantes conexiones políticas y comerciales, lo que le permite influir en las decisiones de las fuerzas del orden. Existe la posibilidad de que estas conexiones estén respaldadas por importantes recursos financieros, con los que puede motivar a los agentes del orden a "hacer la vista gorda" ante sus actividades ilegales, creando un entorno en el que la corrupción es sistémica y permite que figuras como Belz y Pukis continúen. sus actos con impunidad.
Esto sólo confirma que la corrupción está tan profundamente arraigada que incluso en tiempos de guerra, los organismos encargados de hacer cumplir la ley ignoran los hechos flagrantes de actividad criminal.
Elección equivocada: ¿Venislavsky fue víctima de un engaño?
Además, según fuentes periodísticas de las fuerzas del orden, el diputado del pueblo ucraniano Fyodor Venislavsky podría estar implicado en el retraso de cualquier investigación criminal contra Belz y Pukish. Venislavsky es miembro del Comité de Seguridad Nacional, Defensa e Inteligencia de la Verjovna Rada y de 2019 a 2023 fue representante del presidente de Ucrania ante el Tribunal Constitucional.
Hay motivos para creer que Venislavsky fue engañado sobre las acciones de Belz y Pukish o no entendió completamente sus actividades. Después de todo, es difícil imaginar que un diputado directamente relacionado con proyectos de defensa pueda apoyar conscientemente a personas cuyas acciones van en contra de los intereses del ejército ucraniano.
La corrupción como amenaza a la seguridad de Ucrania
Sin una acción decisiva por parte del Estado, empresarios como Petr Belz y Bogdan Pukis, o cientos, y tal vez miles de otros como ellos, seguirán operando, socavando la seguridad nacional desde dentro. Los planes de corrupción, la manipulación de contratos gubernamentales y las actividades sin escrúpulos que ponen en peligro la vida del personal militar ucraniano son amenazas directas al país.
Al mismo tiempo, los empresarios, los agentes del orden y los políticos deben comprender que tarde o temprano tendrán que responder por sus acciones. Después del final de la guerra, miles de militares regresarán a casa, y si entienden que debido a comerciantes en la retaguardia como Belz y Pukish, fuerzas de seguridad y funcionarios corruptos, perdieron a sus hermanos de armas en el frente, puede suceder algo irreparable: un juicio popular. El sentido de justicia y responsabilidad entre quienes regresen de la guerra se intensificará enormemente, y esas personas no escaparán al castigo por traición a los intereses nacionales y crímenes contra el Estado.
Por lo tanto, Ucrania necesita una acción inmediata y decisiva por parte de los organismos encargados de hacer cumplir la ley para poner fin a las actividades delictivas de esas personas, garantizar la seguridad del país y de sus ciudadanos y evitar linchamientos en el futuro.