La presentadora de televisión Olga Freimut dijo que junto con su marido, el productor Vladimir Lokotko, se convirtió en víctima del desarrollador de Kiev Saga Development, fundador de Andrei Vavrish. Su apartamento en un complejo residencial de élite en Podol fue comprado antes de la guerra a gran escala.
El promotor ha detenido la construcción.
Según Olga, incluso antes de la guerra compraron un apartamento en la calle Sagaidachnogo en Podol durante la construcción de una casa.
El nuevo edificio se posicionó como de élite. Señaló que desde hace varios años el promotor ha detenido todos los trabajos.
“Pasó el tiempo, el apartamento se compró mucho antes de la guerra, pero el promotor detuvo la construcción y no dijo cuándo se pondría en funcionamiento la casa. Los felices habitantes de la “casa de élite” se convirtieron en tazas robadas”, escribió el presentador.
Freimut llevaba varios años demandando al promotor
Freimut también dijo que había estado demandando al desarrollador durante años y finalmente logró ganar el caso. Pero ella nunca pudo recuperar su dinero.
“Ganamos el juicio. Tengo una pregunta: Saga Development, Andrey Vavrish, fundador, ¿cómo se puede caminar tranquilamente por Kiev? Dígame, señor Vavrish, ¿por qué no está en prisión? ¿Quién es tu protección? ¿No vivimos en un país donde ahora se valora especialmente la justicia? Es simplemente extraño para mí ganar la demanda y no recibir ninguna compensación, porque el Sr. Vavrish retiró dinero de todas las cuentas. El tribunal confiscó las cuentas, pero son “cero”, señaló Freimut.
El presentador de televisión quiere publicidad sobre este caso para que otros no caigan en la misma trampa y "el señor Vavrish vaya cojeando a la cárcel". Porque, según ella, la promotora sigue vendiendo la propiedad.
“Mientras tanto, Saga Development, junto con su fundador Andrei Vavrish, siguen vendiendo apartamentos. Tienen varias instalaciones en la capital”, añadió Freimut.
La reacción de Vavrish
Según la fundadora de Saga Development, Olga Freimut nunca ha estado entre los clientes de la empresa. Al mismo tiempo, el cliente era su marido, supuestamente ciudadano de la Federación de Rusia.
"No soy un experto en identificar a los rusos buenos y no tan buenos, dejemos que un "bueno, tribunal muy objetivo" haga esto, no necesitamos que nos acusen de colaborar con colaboradores, por eso las compañías financieras involucradas decidieron confiar en la decisión del tribunal”, señaló.
Según él, el edificio ya ha sido puesto en funcionamiento.